La terapia gestáltica para niños y adolescentes utiliza diversas estrategias o técnicas en el cuarto de juego. Todo esto radica desde algo esencial e importante, el juego. Mediante esta herramienta básica, los niños y adolescentes ponen a prueba el mundo y aprenden de el. Resulta ser esencial para el desarrollo saludable. El juego es un asunto serio y una forma de autoterapia (darse cuenta) la cual se centra en los conflictos, problemas o conductas de los mismos.
También esta terapia puede ser una forma para poner a prueba el ser del niño o adolescente o buscar nuevas formas, y es el juego una actividad vital para el niño que sirve como una forma de expresión simbólica, en la que experimentan; roles, situaciones, etc. Es importante, especialmente en esta terapia, “El aquí y el ahora” (presente). Este tiempo marca lo practico que resulta para el niño o adolescente, tomar conciencia de lo que siente; vive y experimenta durante la terapia. Además de ser curativo, si surge una emoción o se mueve algo que esta enterrado. La utilización del aquí y el ahora puede ser una puerta para entrar a lo profundo.
El objetivo en la terapia es ayudar al niño a darse cuenta de sí mismo y de su existencia en su mundo. Cada terapeuta encontrará su propio estilo para lograr el frágil equilibrio entre dirigir y guiar la sesión, por una parte, e ir con y seguir la línea del niño, por la otra. El proceso de trabajo con el niño tiene que ser suave y fluido, un evento orgánico.Las técnicas utilizadas pueden ser diversas (dibujo, pintura, teatro, escritura, fantasía, etc.). los dibujos se pueden usar en incontables formas, para una diversidad de propósitos y a diferentes niveles. El acto mismo de dibujar, sin ninguna intervención del terapeuta, es una potente expresión del yo que ayuda a establecer nuestra propia identidad y provee una vía de expresión para los sentimientos. Tomando esto como punto de partida, el proceso terapéutico puede evolucionar como sigue:
1. Hacer que el niño comparta la experiencia de dibujar. Compartir aún más el yo.
2. Hacer que el niño comente el dibujo mismo (describirlo a su manera).3. Estimular en el niño un mayor autodescubrimiento pidiéndole que se explaye sobre fragmentos del cuadro.
4. Pedir al niño que describa el cuadro como si éste fuera él. Utilizar la palabra “yo”.
5. Escoger cosas específicas en el cuadro para que el niño se identifique con ellas.
6. Hacer preguntas al niño, si es necesario, para ayudarle en el proceso ¿Qué es lo que haces? ¿Quién te usa? ¿A quién quieres más?
7. Concentrar aún más la atención del niño y agudizar su toma de conciencia mediante el énfasis y la exageración de una o más partes de un cuadro.
8. Hacer que el niño entable un dialogo entre dos partes de su cuadro o entre dos puntos de contacto u opuestos.
9. Estimular al niño para que ponga atención a los colores.
10. Estar atento a claves en el tono de voz, postura del cuerpo, expresión facial y corporal, respiración y silencio del niño.
11. Trabajar la identificación, ayudando al niño a “reconocer” lo que se ha dicho sobre el cuadro o partes de éste.
12. Dejar el dibujo y trabajar en las situaciones de vida del niño y los asuntos incompletos que emergen del cuadro.
13. Estar atento a las partes faltantes o espacios vacios en los cuadros y prestarles atención.
14. Permanecer en el flujo de primer plano del niño o prestar atención a mi propio frente, donde encuentro interés, entusiasmo y energía.
Generalmente se trabaja con lo que es fácil o cómodo para el niño, antes de adentrarse en los lugares más difíciles e incómodos. Si se habla con el niño sobre las cosas más fáciles, luego se hallan más dispuestos a hablar sobre las más difíciles. A veces los niños que están reprimiendo mucha ira, necesitarán liberarla antes de que puedan aparecer los sentimientos positivos.
Hacer terapia se puede describir como retroceder a ubicar y restaurar la función desubicada. El normal desarrollo y crecimiento de un niño es parte esencial de mi modelo de trabajo. El niño está muy en contacto con sus sentidos: se deleita con su nueva percepción de los olores, sonidos, luz, colores, caras, sabores y tacto. Un aspecto que toma importancia en la vida del niño es que aprenden pronto que la vida no es perfecta, que vivimos en un mundo muy caótico, un mundo de contradicción y dicotomía. Además, los padres que están criando hijos tienen que enfrentar sus propias dificultades personales. Los niños aprenden a lidiar y a compensar. Muchos son afortunados en su vivir, crecer y aprender, otros no.
Los niños de alguna manera se autoprotegen. Algunos se retraen para evitar ser dañados. Otros se fabrican fantasías para entretenerse y hacer sus vidas más fáciles y viables. Algunos juegan, trabajan, aprenden como si nada importara, dejando fuera todo lo que es doloroso. Otros se protegen dando cualquier tipo de golpe; dichos niños son los que obtienen mayor atención, lo que con frecuencia tiende a reforzar esa misma conducta tan aborrecida por los adultos. A veces el niño funciona en su vida con ideas que no le pertenecen, que non legítimamente suyas. A menudo crecen creyendo lo que oyen acerca de sí mismos, tragándose entera la información errada sobre ellos mismos. La tarea del terapeuta, es ayudar al niño a separarse de estas evaluaciones externas y autoconceptos errados, y ayudarlo a redescubrir su propio ser.
Fuente: Ventanas a Nuestros Niños (Cap. 3)
1 comentarios:
esta excelente esta informacion, me ayudo mucho.
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